El tanque de combustible tiene un chip que mide el nivel del líquido y avisa al repartidor cuándo le toca rellenarlo. El medidor de luz emite un reporte de consumo a la central para calcular la facturación. Y el camión va informando su recorrido y la temperatura del frigorífico que carga a la central de operaciones.
Todo en tiempo real, sin intervención humana y ganando ahorros en logística. A eso se lo denomina IoT o Internet de las cosas y ya es una práctica habitual en varias empresas locales. Todavía no son muchos casos -la mayoría en fase de pilotos- pero, sin duda, hemos dejado de ser meros espectadores.
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Los principales usuarios locales del IoT están, según IBM, en la agricultura, la minería y la manufactura. Esto se confirma con un estudio de Real Time Management. en donde en promedio el 22% de las empresas peruanas dice que la utiliza, pero en el sector agro se eleva al 38% y 43% en minería.
En el país, tenemos dos años de abrirnos al IoT, pero a nivel regional el crecimiento sostenido lleva cinco años. No alcanza aún el volumen global de uso -60%- pero en el 2017 ya había un 32% de adopción y se sumará 16% más el próximo año, según un estudio de IBM.“Estamos recién nacidos”, advierte Fernando Grados, director de Dominio Consultores.
Los chip miden el consumo, pero no pueden cortar el servicio. Tenemos una calcomanía en el parabrisas con la placa y datos como el número de registro del auto, pero no se sincroniza con las multas o impuestos.
El IoT está llegando, pero todavía no se le saca provecho en el ámbito ciudadano, aclara. A nivel corporativo, el potencial de crecimiento es enorme y ya es una de las divisiones más dinámicas en ventas para las telecomunicaciones, que en otros sectores de consumo masivo están en decrecimiento o desaceleración.
Telefónica, por ejemplo, cuenta con 180.000 equipos conectados en el Perú y planea crecer 30% este año. Ellos ofrecen soluciones de telemetría para el agro (humedad y temperatura del suelo), eficiencia energética y control de temperatura en almacenes de alimentos, los cuales reducen hasta en un 50% los procesos operativos.
Y su socio, Erictel, solo con una de sus soluciones para geolocalizar unidades (Geogestión) tiene 20 mil licencias, ya pasó los S/20 millones en ingresos anuales a dos años de abrir su oficina local y cerrará el 2020 con una planta del doble de tamaño y 3.000 empresas como clientes, quienes generarán ingresos recurrente por más de S/60 millones.
LAS BASES
«El Perú atraviesa una fase de exploración de necesidades en todas las industrias: no es una demanda explosiva, pero sí de alto crecimiento”, precisa Jorge Sánchez, director de Innovación de Italtel.
En los últimos tres meses, agrega, han experimentado un alza del 25% en el interés por el desarrollo de proyectos de IoT. Ese naciente interés local por interconectar objetos no es gratuito. Surge ante la imperiosa necesidad de transformarse digitalmente y convertirse en Industrias 4.0, tal como hace el resto del mundo.
Y en ese proceso el IoT es la base, el cimiento sobre el que se monta el proyecto, recalca Francisco Bolaños, arquitecto IoT de Cisco. Las máquinas y todos los objetos ligados a la producción pueden tener sensores que van generando datos, los cuales se recogen en un chip y se trasmiten vía Internet hacia otras máquinas, donde se recibe la data, se procesa en forma inteligente y se emiten alertas o incluso se decide y reacciona, explica.
IoT genera cantidades exponenciales de información que, si es procesada en forma inteligente, permite redefinir estrategias de forma veloz y dinámica, añaden desde IBM.
Quienes ya han empezado a procesar la data que comunican las máquinas han podido mejorar su eficiencia, ahorrar tiempo, bajar costos en procesos y ganar competitividad frente a sus pares internacionales, complementa Jorge Sánchez.
EL GRAN RETO
Los analistas coinciden en que se necesitarán aun de tres a cinco años más para que se dé una explosión del IoT y no solo sea el 1% de la base instalada de empresas quien le saque provecho. Para ello, hará falta superar dos grandes obstáculos: el temor al cambio y el adecuado despliegue de infraestructura.
En las minas, por ejemplo, el problema no es la falta de soluciones idóneas ni el presupuesto, sino la resistencia al cambio, comenta Francisco Bolaños. Están acostumbrados a trabajar en dos mundos paralelos: la producción y el área de administración o márketing.
Para ser una mina digital se necesita integrar la data y que ventas sepa los volúmenes de producción en tiempo real para negociar precios en las subastas, detalla. “Si hoy avanzan lento es porque falta trabajar el factor humano: alinearlos al nuevo modelo de trabajo, sincronizarlos”, señala.
El reto no es contar con la tecnología o un área de innovación, sino que el talento humano le saque provecho y para eso se necesitan líderes dialogantes que gestionen un cambio cultural sin descuidar el impacto social, agrega Sánchez.
La preparación va desde un proceso de evangelización, refiere Grados, hasta generar confianza en los clientes, agrega Alonso Bringas Díaz, director comercial de Erictel para la región.
Esa etapa es en la que todavía hay que trabajar más, añade, porque el peruano es muy distante y desconfiado para digitalizar sus procesos claves de negocio y sigue prefiriendo el trabajo manual.
El otro gran desafío es equilibrar la infraestructura adecuada y las redes de Internet para soportar cientos de máquinas -serán más que los humanos- conectadas con un adecuado consumo energético, añade Gustavo Pinedo, gerente de Vertiv Perú.
Y para ello se necesita que las redes de fibra óptica regionales estén finalmente listas y que las antenas 4G/5G permitan un nivel de conectividad adecuado para correr las soluciones IoT en zonas alejadas, de difícil acceso, donde están la mayoría de minas o agroindustrias, recalca Bringas.
Cuando dichas autopistas estén listas, quizá para el 2025, el país estará en condiciones de soportar todo un ecosistema digital y no solo algunas pruebas pilotos de IoT.
DESAFÍOS DEL 5G
l IoT no se concibe en su real dimensión sin 5G. Son dos conceptos que van de la mano y que permitirán un cambio disruptivo, gracias a un incremento de velocidad no lineal y exponencial (100 veces más en teoría, 50 veces más en la práctica) que creará servicios nuevos inviables en 3G, explica Carlos Huamán, director de DN Consultores.
Esto, añade, genera un desafío mucho mayor en inversión, pero también se presenta como una oportunidad para las telecomunicaciones que hoy luchan por lograr rentabilidad.
Tanto Bitel, como Entel, Claro, Movistar y hasta Incacel (OMV, operador sin red propia) han expresado que pondrán empeño en ganar un lugar en el naciente mercado de venta de chips para máquinas, que se espera represente el 21% de las conexiones en dos años.
Clientes hay: no en vano un informe de Forrester señala que ya el 96% de organizaciones en el mundo están interesadas. Ellos saben que no hay Industria 4.0 sin IoT y 5G, y no existirás más si no te unes a la ola de la digitación, remarca Grados.
Un proceso de consolidación para asumir la inversión que implica tener 5G para el IoT es una posibilidad latente en el mercado, comenta Huamán, pero también lo es una mutación del modelo de negocio de operador a plataforma móvil, tomando como referencia la clave del crecimiento exponencial de sus competidores tecnológicos.
El negocio en este rubro de máquinas conectadas será hacia arriba, a diferencia de los otros servicios, y garantiza la apuesta. A nivel de América Latina y el Caribe, según la Gsma (asociación mundial de los operadores móviles) los ingresos de IoT se multiplicarán cuatro veces para el 2025 y representarán US$47.000 millones.
Y serán las aplicaciones, plataformas y los servicios en ellas los que generarán la mayor parte (61%) de los ingresos.
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